El 7 de octubre de 2007 marcó el inicio de una marcha decisiva hacia la victoria de una posición, ya fuera por el NO o por el SÍ. En los días previos, las estrategias políticas se perfilaban influidas por directrices emitidas desde los principales medios de comunicación, incluyendo La Nación, Teletica, Repretel, Canal 13, y la Universidad de Costa Rica. A medida que se acercaba la fecha, la situación se tornaba desafiante para el movimiento del NO, que en pocos meses tuvo que hacer frente a una avalancha de años de propaganda a favor del "libre comercio".
A pocos días de la consulta, el temor se intensificó con cartas que señalaban la supuesta fragilidad de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC). El SÍ salió a las calles como “grupo debilitado” frente a encuestas “objetivas” que mostraban al NO con un 55% frente al 43% del SÍ. Estos datos fluctuantes alimentaron la ilusión de una posible correlación de fuerzas favorable al movimiento anti-TLC, aunque este fue caricaturizado y trivializado en múltiples ocasiones con la campaña de los "Corazones". A esto se sumó la confianza generada por una masiva concentración del 30 de octubre.
La estrategia del SÍ se centró en “vender prosperidad”, una tarea en la que destacó su principal promotor: el entonces presidente de la República, quien presentó su visión de desarrollo, desde los auditorios del Vaticano hasta los sectores rurales, trabajadores y obreros del país. Sin embargo, esa “prosperidad” prometida parece ausente hoy, mientras la desigualdad crece, como advirtieron los líderes del NO.
No solo vendían prosperidad; los argumentos del SÍ estaban cargados de retórica. Esto se evidenció cuando el NO reveló un memorándum incriminatorio que exponía cómo el país se vendía desde el miedo, una estrategia que, en última instancia, no respetó la tregua ordenada por el Tribunal Supremo de Elecciones a partir de la medianoche del viernes 5 de octubre.
Parecía que el 7 de octubre de 2007 sería el fin de una historia marcada por una intensa discusión sobre “democracia”, “libre mercado” y el "bien común". Sin embargo, a las 8:30 p.m., el SÍ se alzó con la victoria con un 51,7% frente al 48,3% del NO, con una diferencia de casi 50,000 votos.
La verdadera dificultad comenzó entonces. Los líderes del SÍ, en su discurso victorioso, asumieron que el país había optado por un “concierto democrático de ideas”, negando otras visiones de nación en un ejercicio formalmente democrático similar al fin de la historia de Francis Fukuyama. Aquí surgió el desafío del NO, una fuerza heterogénea que intentaba articularse en un contexto de incertidumbre, denunciando las prácticas clientelistas y estructuras paralelas del SÍ, prácticas que persisten hasta hoy. Sin embargo, el movimiento del NO, no logró fortalecer sus Comités Patrióticos ni consolidar una plataforma de acción que pudiera canalizar una oposición concreta a la hegemonía del PLN.
Para quienes apoyamos el movimiento patriótico del NO al TLC, la lucha no terminó hace cinco años. Continuamos adelante, defendiendo el bienestar y el bien común frente al desmantelamiento que el Estado ha sufrido durante más de tres décadas.
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